Hackers Famosos
- World Wide Web
El que yo esté aquí, escribiendo un modesto artículo en mi ordenador, y que, con tan sólo un clic del ratón pueda llegar a todos vosotros, al instante, es fruto de uno de los últimos milagros tecnológicos del siglo XX: La invención de Internet. En la introducción de esta serie de artículos ya hablamos del verdadero orígen de Internet, por cortesía de Microsiervos. Hoy hablaremos del hombre que concibió la red tal como la conocemos: Tim Berners-Lee, el inventor de la World Wide Web o WWW.
Tim Berners-Lee era, en aquella época no tan lejana anterior a la creación de internet, un joven licenciado en Física por la Universidad de Oxford. Fué mientras trabajaba en el CERN (”Centro Europeo para la Investigación Nuclear”, actualmente el laboratorio de física de partículas más grande del mundo) cuando surgió en su cabeza la idea de crear un sistema de hipertexto global, una especie de sistema superior en el que toda la información contenida en el mismo fuera navegable a través de vínculos internos que llevaran al lector de una página a otra, relacionando entre sí términos y conceptos (de ahí el término “hipertexto”), algo que nos parece tan cotidiano en nuestro días como poner un enlace, pero que en la época era una idea revolucionaria.
La idea de Tim partía del viejo proyecto ya existente para intercambiar información entre universidades, que ya se llamaba por aquel entonces Internet. Antes de continuar, hagamos un pequeño repaso a la historia de este proyecto:
Primero fue Internet
Internet nació como un proyecto de DARPA, la “Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa” perteneciente al Departamento de Defensa de los Estados Unidos y responsable principal del desarrollo de nuevas tecnologías con aplicación militar. Creada en 1958 en respuesta al lanzamiento soviético del Sputnik, el objetivo de la agencia era mantener la superioridad tecnológica de los EEUU frente al bloque comunista.
Fruto de esta iniciativa surgió la idea de crear una red de ordenadores que pudieran intercambiar entre sí la información de forma rápida y segura, como medio de comunicación para los diferentes organismos estadounidenses. Esta red se denominó ARPANET, y el primer nodo se creó en la Universidad de California, de la que ya hemos hablado en varias ocasiones (de ella salieron Steve Wozniak y Steve Jobs, entre otros).
Por tanto, cuando Tim tuvo la idea de la Red, a finales de los ochenta, las computadoras de numerosas universidades e institutos de investigación ya estaban conectadas entre sí para intercambiar información. Es importante hacer hincapié en este punto ya que Tim Berners-Lee no inventó Internet (el sistema de conexión), sino la web en sí. Internet engloba toda transmisión de información entre máquinas a nivel global (ya sea un ftp, una retransmisión de TV o un programa de chat). La gran creación de Tim es el germen de esto que estáis leyendo ahora mismo: las páginas web.
Y se hizo la web…
La primera vez que Tim expuso su idea en el CERN, en marzo de 1989 la idea fue acogida con escaso interés. Sin embargo, después de las primeras presentaciones públicas, entre 1990 y 1992, su difusión fue muy rápida. En poco tiempo el número de servidores Web pasó de veintiséis en 1992 a doscientos en octubre de 1995. Había nacido uno de los pilares de la red como hoy la conocemos.
Estación de trabajo NeXTcube, usada por Tim Berners-Lee como el primer servidor web de la historia.
La intención original era hacer más fácil el compartir documentos científicos y permitir al lector revisar las referencias de un articulo mientras lo fuera leyendo, gracias al sistema de hipertexto antes descrito, que enlazaría todos los documentos entre sí para que el lector pudiera revisar las referencias de un artículo mientras lo leía.
Para ello, los documentos necesitaban un formato que fuera adecuado para su función. En aquella época se utilizaban formatos TeX (texto sin formato) y PostScript, formato utilizado en la impresión de páginas del que derivó el famoso PDF. Ambos lenguajes eran inadecuados, uno de ellos por ser demasiado pobre (el texto sin formato no ofrecía la posibilidad de utilizar negrita, subrayado o distintos tamaños de fuente) y el otro por ser demasiado complejo. Dado que la world wide web debía proporcionar acceso a los documentos a todo tipo de ordenadores, desde terminales tontas hasta avanzadas estaciones de trabajo gráficas. Se estableció un lenguaje de intercambio (HTML) y un protocolo de red (HTTP), ambos diseñados con un objetivo fundamental: la simplicidad.
En 1994 Berners-Lee se trasladó a EE.UU. y fundó el W3C (World Wide Web Consortium), en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Esta organización agrupa a varias compañías con el objetivo de crear recomendaciones y estándares para mejorar la calidad de la red. Es la encargada de definir los estándares y actúa no sólo como depositario de información sobre la red sino también como su guardián, defendiendo el carácter abierto de la misma. Existe además una página de tutoriales (W3Schools), auspiciada por el W3C, en la que encontraréis excelentes tutoriales sobre los lenguajes de programación más importantes usados en la red: HTML, PHP, CSS…
Actualmente, Tim Berners-Lee es conocido como “Sir Tim Berners-Lee”, tras serle concedido este título por la Reina de Inglaterra el 16 de Julio de 2004.
La revolución
El proyecto inicial del CERN sólo contemplaba la web en formato texto, sin embargo, gracias a navegadores posteriores como el famoso Mosaic, el primer navegador gráfico, creado en 1993 por Marc Andreessen; se disparó la popularidad de la Web entre los principiantes, añadiendo características adicionales como contenido dinámico, música, animaciones… y todo el contenido multimedia al que estamos acostumbrados hoy en día.
Cuando el poder de la red llegó a los usuarios domésticos, fue cuando realmente alcanzó todo su potencial. Al principio sólo unos pocos, luego miles de personas y finalmente, millones, se dieron cuenta de lo que la red ponía a su alcance: no sólo la posibilidad de acceder a la información en cualquier parte y desde cualquier lugar con conexión, sino la posiblidad de crearla, de llegar a millones de personas de forma rápida, eficaz y lo que es más importante: barata. Cualquiera con un mínimo de conocimientos informáticos podía (y sigue pudiendo hoy en día) crear una página web para compartir sus pensamientos e inquietudes con el mundo. Que le interesen a alguien, ya es otra historia…
Y ahora un último ejercicio para que comprobéis la importancia del hipertexto: contad cuantos enlaces hay en este artículo y os daréis cuenta de hasta que punto este sistema permite enriquecer los textos, aportando todo tipo de información complementaria.
Links relacionados:
W3 Schools
El blog de
Tim Berners-Lee
Tim Berners
Lee (Wikipedia en inglés)
“Tim
Berners Lee, el señor de la red” entrevista en Unesco.org